
En el marco del Año Jubilar 2025 convocado por el Papa Francisco bajo el lema “Peregrinos de la Esperanza”, más de 90 educadores del Colegio Salesiano El Patrocinio de San José vivieron una significativa experiencia de fe, comunidad y vocación al peregrinar hacia la Catedral Metropolitana de Santiago.
Esta peregrinación no fue solo un recorrido físico, sino también un símbolo de renovación interior, un gesto concreto que expresó la búsqueda de sentido, de escucha a Dios y de comunión con la Iglesia en este tiempo de gracia. Tal como lo señala el tríptico entregado a cada participante, “peregrinar es un signo profundo del Jubileo que nos recuerda que la vida es un camino hacia Dios y nos invita a salir de la comodidad y abrirnos al encuentro”.
La jornada comenzó en las puertas de la Catedral, donde, acompañados por los sacerdotes Padre Néstor Muñoz, Padre Erick Oñate y Padre Carlos Ampuero, se dio inicio al Camino Jubilar con un gesto profundamente pastoral. La primera estación fue marcada con una oración guiada en torno al signo del agua, abriendo así el corazón de la comunidad educativa al espíritu de este año santo. Posteriormente, se recorrieron las distintas etapas del itinerario espiritual propuesto, reflexionando en comunidad sobre el Evangelio y el llamado a vivir con esperanza en medio de los desafíos del presente. Un momento especialmente significativo fue la oración realizada frente a la tumba del Cardenal Salesiano Raúl Silva Henríquez, testigo valiente del Evangelio y defensor incansable de la dignidad humana.
La peregrinación culminó con una solemne Eucaristía presidida por Monseñor Alberto Lorenzelli, quien animó a los presentes a seguir siendo testigos de esperanza en el mundo educativo. En su homilía, recordó que el rol de los educadores salesianos es más que una profesión: es una vocación profundamente enraizada en el Evangelio y en el carisma de Don Bosco.
Durante la celebración, cada educador recibió una sandalia, signo del camino recorrido y del que aún queda por recorrer. Este gesto recordó el compromiso asumido de vivir este Año Jubilar con alegría, sencillez y fe, renovando la vocación de caminar junto a Dios y con los jóvenes.
Esta experiencia se enmarca también en el espíritu del Aguinaldo 2025: “Anclados en la esperanza, peregrinos con los jóvenes”, que impulsa a los salesianos a acompañar con amor, profundidad y visión evangélica a cada joven en su camino de fe y sentido.